miércoles, 11 de noviembre de 2009

La crisis obliga a Madrid a jubilar de forma forzosa a los médicos



La crisis económica no deja de hacer mella en los sistemas sanitarios autonómicos, al borde de la bancarrota. La falta de liquidez por culpa del incremento del gasto y de la drástica merma de la recaudación impositiva está llevando a los gestores del Sistema Nacional de Salud (SNS) a adoptar decisiones apuradas. La última corresponde a Madrid.
Según ha podido saber LA RAZÓN, el departamento que dirige Juan José Güemes está barajando la posibilidad de secundar a Andalucía y Cataluña, y decretar la jubilación forzosa de los médicos al cumplir los 65 años de edad, como medida para ahorrar recursos en el llamado capítulo I, el referente al personal.
El objetivo es cercenar con ello la subida de la factura sanitaria pública, disparada como consecuencia del gasto en hospitales, la deuda por la adquisición de los bienes sanitarios y el consumo de medicamentos, desbocado durante los meses de agosto y septiembre en el conjunto del Sistema Nacional de Salud (SNS).
Fuentes de la Consejería de Sanidad indicaron a LA RAZÓN que la medida, de la que hoy informará a los sindicatos presentes en la llamada Mesa Sectorial, podría afectar a alrededor de mil médicos; es decir, a cerca de un 10 por ciento de la plantilla de facultativos que trabajan para los centros de salud y los hospitales de la Comunidad de Madrid.
Se trata de una iniciativa que tendría dos efectos: por un lado, afectaría a los facultativos una vez cumplidos los 65 años. Todos ellos dejarían de trabajar automáticamente para el Servicio Madrileño de Salud. Por otro lado, se extendería a los que, a punto de cumplir esa edad, han solicitado la prórroga para poder seguir ejerciendo hasta los 70 años, como ocurre en otras comunidades.

Salvedad «caso por caso»
La Dirección General de Recursos Humanos sería el órgano competente para estudiar dicha petición, caso por caso, siempre que ésta se produzca seis meses antes de la fecha de jubilación, y se decidiría tras evaluar de forma individual a cada solicitante, así como el envejecimiento de las plantillas. La Consejería de Sanidad estudia, además, salvedades o exenciones en determinadas especialidades, con el objetivo de impedir que algunos servicios se queden despoblados de profesionales, dada la carencia de los mismos en la Sanidad pública.
Fuentes del departamento que dirige Güemes informaron a este periódico de que este motivo, así como la dificultad técnica de articular la jubilación forzosa a través de una norma, constituyen las principales trabas a las que se enfrenta en estos momentos la comunidad para poner en marcha la medida, aunque aseguraron que el reto es que pueda implementarse, como muy tarde, el 1 de enero de 2010.
La jubilación forzosa de los facultativos al cumplir los 65 años no constituye una idea pionera de Madrid. Antes que este territorio, otros como Andalucía y Cataluña exploraron la iniciativa y llegaron a ponerla en marcha. No obstante, la falta de facultativos en los principales centros de ambas autonomías llevó a sus respectivos consejeros a dar marcha atrás y a rectificar. En ambos casos, se interpretó como un intento de ahorro y de purgar a profesionales díscolos con el funcionamiento del sistema sanitario y las políticas desplegadas, aprovechando para ello la excusa de la edad.

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